Cuando hablamos de transporte urbano lo primero que nos viene a la mente son las imágenes de ómnibus llenos, recorriendo las atestadas avenidas capitalinas con constantes bocinazos y gente en las paradas esperando su ómnibus para llegar en hora al trabajo. Sin embargo, el transporte urbano en el interior del país tiene otro ritmo y más aún en la ciudad de Melo, donde esperar a un vecino que sale tarde de su casa es común y los viajes se hacen c on prácticamente los mismos usuarios, donde solo cambian con el incremento de los jubilados a principios de mes.