Luis Marino: más de medio siglo recorriendo las calles de Montevideo
En los últimos años, el transporte ha cambiado de forma considerable; el sector del taxímetro es uno de los involucrados que logró enfrentar varias transformaciones, como la forma en la que se trasladan las personas en la ciudad.
En lo referente al “negocio del taxi”, según los empresarios del sector, la rentabilidad ya no es la misma, pero el servicio sigue siendo trascendental para trasladarse de forma rápida.
Hoy es común ver vehículos eléctricos con chapa de taxi, atrás quedaron aquellos autos amarillos y negros que marcaron al sector; y con ellos, en muchos casos, se fueron también los taxistas de la vieja guardia.
Probablemente Luis Marino, alias “El Gallina”, sea el taxista de Montevideo con más años en las calles. Conserva ese respeto por la profesión y guarda una cantidad de anécdotas que lo hacen único tras el volante.
Desde hace muchos años, para en Burgues y Luis A. de Herrera con su impresionante Mercedes Benz, único en Montevideo con chapa de taxi. Y allí fuimos a buscarlo para conocer parte de su trayectoria.
¿Cómo se inició en la actividad y cuál fue el primer taxi que manejó?
Empecé por casualidad, mi padre tenía una casa a la venta y se la vino a comprar un señor que tenía taxímetro, un Chevrolet Bel-Air del año 57’ a nafta. Ese auto fue par te del negocio y así empecé en la actividad a inicios de los años 70’. En aquellos momentos no cualquiera se subía a manejar un taxi, yo arranqué como empleado y era un privilegiado. Con el sueldo y comisiones prácticamente se ganaba lo mismo que un empelado de banco.
El auto en el que empecé era naftero a carburador; en esa época teníamos nafta compensada -nos daban unos bonos para cargar la nafta-, primero fue un Chevrolet y después pasé a un Morris.
¿Qué otros autos pasaron por sus manos en el taxi?
En el año 1971 mi padre compró un Mercedes Benz 190 del año 61’; luego vino el auto fundamental para mí, el Mercedes Benz 240 D del año 1982, un fierro terrible, era una máquina de hacer plata. Ese modelo era armado por Ambrois acá en el país.
En el año 2001 pasé a un Mercedes Benz 220 D; en el año 2011 a un Mercedes 200 naftero y en el año 2017 compré este Mercedes Benz 220 D.
¿Qué momentos recuerda como los más complicados en la actividad?
Hubo dos crisis importantes, en el 81’ con la tablita y en el año 2001 la más complicada. Yo recién había sacado un auto nuevo y por suerte estaba pago, si no, hoy no sería taxista. En esa época llegamos a hacer siete u ocho viajes un sábado en el nocturno -de 0 a 6 de la mañana-, cuando en tiempos normales de 0 a 3 de la mañana hacíamos por los menos 15 viajes de calle sin radio ni nada.
¿Y antes cómo era el tema de la inseguridad?
Aunque muchos no lo crean, antes también nos robaban. Hace cinco años me robaron en Cerro Norte, llevé a una abuelita y a la vuelta salí por el mismo lado y la quedé.
¿Alguna vez pensó dejar un Mercedes Benz por otro auto?
Por el año 2007 o 2008 estuve a punto de cambiar el Mercedes Benz por un Fiat Uno que en ese momento salía USD 6400; mi idea era quedarme con el Mercedes como coche particular y el Fiat como taxi. Cuando fui a averiguar lo que pagaba el Mercedes de patente como coche particular, me di cuenta que no era para un laburante y seguí con el Mercedes Benz como taxi.
¿Cómo ve actualmente la actividad del taxi?
Cuando empecé, no cualquiera se subía a trabajar en un taxi, hoy es al revés, se sube cualquiera. Si bien no se puede generalizar, ha llegado a trabajar en el taxi gente con antecedentes penales.
Antes había que ir a lo que llamábamos “el leprosario” que era la flota; había muy pocas en ese entonces, eran dos o tres, uno iba ahí y después que conseguías trabajar para una persona que tenía dos o tres taxis, tenías que cumplir porque hasta el dueño trabajaba a la par.
En la actualidad es muy distinto, el taxi se hizo empresa, se desvirtuó totalmente de lo que era cuando yo empecé.
¿Cómo era el taxista de antes?
Al taxi antes le llamaban el confesionario, el taxista no se expresaba, se nutría de las experiencias y sapiencias de los pasajeros.
Las paradas de taxis eran un lugar de encuentro, si bien yo no llegué a trabajar en la época en que la zona de Paso Molino no tenía el viaducto, había un poste con un teléfono. Los taxistas hacían la cola y atendían el teléfono. Eso me lo contó un amigo, el viejo Bartola que trabaja en un Ford 8 del año 1948.
¿Hoy es rentable trabajar en el taxi con un auto de esta categoría?
En la vida no hay que mirar todo solamente por la plata; yo estoy a punto de retirarme ahora a fin de año, quizás cambie un poquito la manera de pensar, pero no la que tengo en este momento.
Si uno mira solamente por el lado del dinero, la respuesta es no. Pero como yo trabajo para que la cosa salga bien, para eso hay que tener la mejor herramienta.
¿Hasta cuándo va a estar manejando un taxi?
Me voy a retirar a fin de año, pero no solamente por estar cansado de trabajar, sino porque la sociedad cambió. El mundo cambió. Es todo tan distinto hoy, hay cosas arriba del taxi que me asombran, cuando verdaderamente con la cantidad de años que tengo en el taxi nada me debería asombrar.
Hoy la gente en el tránsito está muy complicada y eso me ha cansado. También los años que tengo, estoy cumpliendo 72. Cada vez hay más gente irritable, antes, hasta un borracho podías llevar sin problemas, todo ha cambiado mucho.